10 técnicas de estudio para mejorar el aprendizaje

María Cinta Oncina Moreno. Pedagoga

Las técnicas de estudio son herramientas que favorecen al alumno/a a superar con éxito pruebas, evaluaciones o exámenes a los que tiene que enfrentarse en su trayectoria académica y a que sus aprendizajes sean más amplios y ricos.

Para ello, resulta clave una buena organización del tiempo, así como la capacidad de identificar y ordenar las ideas más importantes de los contenidos que deben estudiarse.

Desde una perspectiva pedagógica y considerando el aspecto emocional de los estudiantes como el eje de su aprendizaje, cabe destacar, en primer lugar, la importancia de la motivación tanto intrínseca como extrínseca del alumnado.

En este sentido, juegan un papel muy importante tanto los y las docentes como el contexto familiar y social de cada estudiante, ya que un factor fundamental, antes de aplicar cualquier técnica de estudio, es conocer a cada estudiante, su motivación, su estilo de aprendizaje y aspectos de su personalidad que influyen directamente en su aprendizaje y rendimiento académico, así como entender su entorno, acercarse a su realidad y llegar a ellos a través de la emoción.

Cómo trabajar técnicas de estudio

  1. Mapa mental: «Mindmeister»

El mapa mental es una herramienta fundamental a la hora de memorizar y asimilar contenidos, pues permite ordenar y clasificar las ideas claves de un contenido en concreto en nuestro cerebro, de manera que el o la estudiante pueda profundizar sobre una idea previamente estructurada y clasificada a través del mapa mental. Con la ayuda de Mindmeister, una aplicación fácil y rápida de usar, podrás elaborar mapas mentales y lluvias de ideas a medida.

  1. Método brainstorming

Es una técnica pensada para fomentar la creatividad grupal. Se trata de unir a varias personas en un ambiente agradable y relajado en el cual se proponen ideas sobre un tema en concreto. El objetivo de esta técnica es extraer ideas desde la creatividad del conjunto a la vez que se generan debates o puntos de vista distintos sobre los que profundizar, enriqueciendo así los aprendizajes de cada estudiante tanto a nivel grupal como de manera individual.

  1. Ejercicios: testing effect

Bien es sabido que algunos contenidos del currículum no son atractivos para el alumnado, tanto por la lejanía con respecto a su vida como por la dificultad a la hora de encontrarle la parte práctica y utilidad. El testing effect trata de trabajar los contenidos desde la práctica y no desde la teoría. Decía el maestro Confucio: «Dime algo y lo olvidaré, enséñame algo y lo recordaré, hazme partícipe y lo aprenderé». No hay mejor manera de aprender que haciendo.

Es precisamente lo que se pretende con el testing effect, acercar los contenidos a situaciones de la vida cotidiana de los estudiantes para que, de esa forma, puedan relacionarlos de manera directa con su mundo, con su entorno y con sus propias emociones.

  1. Autoexplicación

En esta técnica, se trata de que el alumno/a sea capaz de explicarse a sí mismo/a el contenido a estudiar una vez leído o aprendido previamente en el aula. La autoexplicación busca, por tanto, darle sentido a lo que se ha leído. Consiste también en pararse, reflexionar y hacerse preguntas sobre resultados,  planteamientos o posibilidades.  En esta técnica, el alumno/a puede deducir o argumentar de manera autónoma sin que esto sea facilitado previamente.

Otra de las ventajas a nivel cognitivo de esta técnica es que el alumnado es capaz de ampliar sus esquemas mentales a partir de esquemas previos ya facilitados anteriormente. Es una técnica que suele requerir de la intervención docente o de la familia, ya que no suele ser habitual que los alumnos/as la realicen de forma natural.

  1. Técnicas mnemónicas

La plasticidad de nuestro cerebro es algo increíblemente alucinante. Además del aval de la Neurociencia sobre la plasticidad de nuestra máquina de pensar, memorizar, imaginar, crear, sentir…, esta es una de las técnicas de estudio que también lo demuestran. Es una técnica algo compleja, no por su dificultad como tal, sino porque requiere práctica y un toque de creatividad. Se usa para recordar tablas, listas o conceptos algo más abstractos que no dan lugar al razonamiento.

Por ejemplo, tablas periódicas, fechas históricas, etc. ¿Cómo se usa? Aquí entraría en juego la parte «creativa» de nuestro cerebro (que todos y todas tenemos en mayor o menor medida). Se trata de asociar un número o una palabra a algo que imaginemos que nos pueda recordar por su parecido en forma o en sonido, incluso en forma de canción, a ese dato concreto. Para que esta técnica de estudio sea efectiva, se recomienda realizarla cada día de diez a quince minutos, ya que es un entrenamiento para nuestro cerebro.

  1. Explicar a otra persona

Esta técnica es bastante parecida a la técnica de autoexplicación. Al igual que la anterior, es muy potente. En este caso, con el valor añadido de que poder explicar a otra persona lo que has aprendido, te regala una buena dosis de autoestima, seguridad y confianza en ti mismo/a, además de una gran satisfacción por poder ayudar y acompañar a otra persona en su aprendizaje (en caso de que se realice con algún compañero o compañera de clase).

  1. Método Robinson EPL2R: explorar, preguntar, leer, recitar y repasar

Esta técnica es una de las más recomendadas por el psicopedagogo Bernabé Tierno en su obra Las mejores técnicas de estudio. Consiste en recoger los cinco momentos o fases que en el título se indican (explorar, preguntar, leer, recitar y repasar). Esta técnica suele usarse para aprendizajes a través de  trabajos de investigación (ABP, aprendizajes basados en proyectos).

  • Explorar: es la fase en la que se indaga sobre un libro antes de cada capítulo. Por ejemplo, los resúmenes, el prólogo, una ojeada sobre los elementos… Esto permite una visión global que servirá de guía en el estudio que haremos posteriormente (Tierno, 2012).
  • Preguntar: según avanzamos en la lectura, esta fase nos permitirá hacernos preguntas que el autor no haya respondido. Es una forma también de adoptar una visión crítica y activa de lo que leemos.
  • Leer: en esta fase, se trata de analizar y resumir. Una lectura activa nos obliga a tomar notas, a realizar esquemas…, también a discriminar entre la información más relevante y la superficial, y a saber distinguir la idea o ideas principales de las secundarias.
  • Recitar: al finalizar cada capítulo, tendremos que ser capaces de sintetizar lo que hemos leído y poder contarlo a nosotros/-as mismos/-as. Esto facilitará la comprensión y poder fijar las ideas más importantes. En este sentido, cabe destacar que esta fase es una buena aliada de nuestra atención y nuestra memoria.
  • Repasar: el repaso es un ejercicio fundamental, no solo para preparar exámenes, sino también como herramienta de aprendizaje, ofreciendo la opción de hacerlo de manera individual o mediante debates grupales sobre lo que se está aprendiendo.

 

  1. Toma de notas o apuntes

Según Tierno, 2012, esta técnica está envuelta en tres claves: escuchar, escribir y pensar.

  • Escuchar: implica estar muy atentos a expresiones y signos que denoten relevancia en la información, tales como: es importante, en conclusión…, expresiones que indican intención de aclarar o sintetizar una información.
  • Escribir: no se trata de escribir textualmente lo que dice el profesor o profesora, sino lo que cada estudiante sea capaz de sintetizar con sus propias palabras para facilitar posteriormente su comprensión. Aquí juega un papel importante la rapidez y la concisión, para lo que se usan siglas o abreviaturas que permitan una escritura más rápida y completa tales como «e.d» (es decir), «p.e» (por ejemplo), «+» (más, positivo), («=») igual, es lo mismo… (Tierno, 2012).
  • Pensar: este elemento de le técnica tiene que ver con escuchar de una manera reflexiva, siguiendo mentalmente el hilo del tema, facilitando así la comprensión y favoreciendo que surjan preguntas que ayuden a profundizar o indagar en el tema en cuestión.

 

  1. Organización

Aunque a priori no parezca una técnica como tal, podríamos decir que la organización es uno de los factores más importantes a la hora de estudiar, procurando así no dejar para el último momento la hora de sentarse delante del libro. Estudiar bajo la presión por la falta de tiempo interfiere en nuestra atención y en nuestra memoria. El estrés libera en nuestro cerebro una hormona llamada glucocorticoides que debilita nuestras células, incluso pudiendo llegar a matarlas. Esto se traduce, a su vez, en pérdida de memoria que afecta directamente a nuestra capacidad de aprendizaje y memorística, de atención y concentración.

  1. Apoyo en dibujos

Para esta técnica, se requiere cierta habilidad de invención y creatividad. Se trata de relacionar con dibujos conceptos del tema a estudiar. Esta técnica es muy útil para estudiantes con un estilo de aprendizaje visual. Para más información sobre estilos de aprendizaje de Catalina M. Alonso, véase: https://www.academia.edu/28631359/Alonso_Catalina_M_et_al_Los_Estilos_de_Aprendizaje

Conclusión

Las técnicas de estudio son una herramientas fundamental en cualquier proceso de aprendizaje, sea cual sea la etapa educativa a la que vaya dirigida, haciendo énfasis en la importancia de conocer a cada estudiante sus necesidades, no solo académicas sino personales y contextuales, considerando así la etapa educativa en la que se encuentre el alumnado para poder adaptarla de manera que favorezca siempre al bienestar de los y las estudiantes y a su desarrollo cognitivo, físico y emocional.

María Cinta Oncina Moreno, Pedagoga.

Creadora del proyecto Emocieduca

https://emocioeduca.blogspot.com/

https://www.facebook.com/Emocioeduca/

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