Educación de calidad: Agenda 2030
¿Sabías que existe una agenda universal en la que participan 193 países independientemente de su desarrollo, idioma y ubicación?
La Agenda 2030 fue adoptada por los 193 países miembros de las Naciones Unidas en septiembre del 2015. Alberga un plan de acción para alcanzar un desarrollo sostenible en el que las personas y el planeta, así como la prosperidad, la paz universal y el acceso a la justicia son los ejes centrales. De igual forma, la ONU estableció que la erradicación de la pobreza en todas sus dimensiones es el mayor desafío mundial y constituye un requisito imprescindible para el desarrollo sostenible que se pretende alcanzar.
Asimismo, para cumplir con este plan de acción, se establecieron diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con 169 metas relativas a los ámbitos económico, social y ambiental. De este modo, estos permitirán no solo alcanzar el plan aludido, sino también orientar el funcionamiento y los diversos programas de desarrollo global de las Naciones Unidas y de los Gobiernos por un periodo de quince años. Cabe afirmar que, si bien esta agenda supone un compromiso de carácter universal, dado que cada país se enfrenta a realidades y desafíos distintos, los Estados tienen plena potestad para fijar sus propios objetivos nacionales, siempre que se ajusten a los ODS.
ODS N.º 4 Educación de calidad
El objetivo número 4 tiene como fin «garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos». O sea, una educación de calidad. Este, al igual que los otros objetivos, es esencial para salir de la pobreza.
A pesar del considerable avance, la ONU indicó que en 2018 más de 250 millones de niños seguían sin ir a la escuela. De hecho, más de la mitad no alcanzaba los niveles mínimos de competencia en lectura y matemáticas.
De esta manera, el objetivo de desarrollo sostenible presenta diez metas que deberán cumplirse antes de 2030, entre las que se encuentra la obtención de una educación de calidad. Algunas de estas hacen referencia a las disparidades de género en la educación, la formación profesional para las personas vulnerables, el acceso igualitario de mujeres y hombres a una formación técnica, profesional y superior de calidad entre otros fines perseguidos. A su vez, otras metas aluden a la enseñanza primaria y secundaria, así como a la adquisición de los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible.
Si deseas saber un poco más sobre el objetivo de la educación de calidad o los otros objetivos, no dudes en hacer clic en este enlace: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/development-agenda/
Nuevo currículo
Para poder cumplir con los nuevos objetivos para tener una educación de calidad, el Ministerio de Educación propuso un giro profundo en la metodología de aprendizaje en la escuela, es decir, un cambio en los contenidos de las clases y en las evaluaciones. Se planteó sustituir la conocida como «Ley Wert de Educación» por una nueva, la denominada «Ley Celaá». Esta última establece que el nuevo modelo estará vinculado a la adquisición de competencias, que el currículo deberá ser flexible y abierto, con una estructura manejable y mejor integrada, que valore la diversidad y esté al servicio de la educación inclusiva. Dicho esto, ¿en qué consiste la nueva reforma o modificación curricular?
El nuevo plan de estudios utiliza el modelo competencial. Se primará que los estudiantes aprendan a aplicar los conocimientos recién adquiridos sobre la memorización de conceptos, como se planteaba en las leyes anteriores. Esto no significa que se dejen de lado los saberes esenciales, sino que el objetivo principal consistirá en que los alumnos y las alumnas sean capaces de relacionar y resolver problemas con los nuevos conceptos aprendidos. Que tengan, al fin y al cabo, una educación de calidad.
Asimismo, el nuevo currículo promueve tres medidas:
- el trabajo por áreas, es decir, la combinación de varias materias en la misma clase;
- la docencia compartida, o sea, la presencia de dos profesores en el aula;
- el trabajo colaborativo de los estudiantes.
Por lo que respecta a los centros educativos y al profesorado, el modelo competencial es sustancialmente más abierto, es decir, otorga más autonomía a los centros. Además, el Ministerio de Educación tiene previsto orientar y ayudar a los docentes por medio de directrices metodológicas y pruebas de diagnóstico para el alumnado, que tendrán una finalidad informativa. Por último, se facilitará un perfil de salida del estudiante, que planteará todas las competencias que deberá haber desarrollado al finalizar la primaria y la ESO.