Japón en la 2ª Guerra Mundial: el ataque a Pearl Harbor

(Autor: Fadel Akhamlich)

Antecedentes

La segunda guerra sino-japonesa, iniciada en julio de 1937, fue el resultado de una política militarista, nacionalista y expansionista llevada hasta sus extremos por Japón. Esta política venía de lejos. Entre 1894 y 1895, tuvo lugar la primer guerra entre estos dos países que buscaban hacerse con el control de Corea. Solo a principios del siglo XX, en 1905, Japón consiguió convertir este territorio en protectorado y, en 1931, inició la ocupación de Manchuria.

Consecuencia de esta política imperialista y, sobre todo, por su entonces reciente ocupación de China, los Estados Unidos impusieron importantes sanciones económicas a Japón y el embargo de materias primas esenciales para su supervivencia como, por ejemplo, el petróleo. A esto contribuyó también su acercamiento cada vez más estrecho con la Alemania nazi y la Italia fascista, que en aquel momento dominaban buena parte de Europa.

Japón, en lugar de plegarse a las exigencias de los norteamericanos, una vez rotas las negociaciones que mantuvieron hasta bien entrado 1941 intentando reconducir la situación, decidió entonces ocupar el sureste de Asia y Oceanía. No obstante, consideró oportuno acabar antes con la fuerza militar de los Estados Unidos.

Esta fue la razón de que finalmente bombardeara por sorpresa Pearl Harbor (Hawái), la principal base naval estadounidense del Pacífico –el 7 de diciembre de 1941– y destruir gran parte de la flota allí concentrada, numerosos aviones de combate y acabar con la vida o producir heridas a varios miles de personas.

El ataque a Pearl Harbor

Puedes ver cómo se desarrolló el ataque a la base naval de Pearl Harbor en este vídeo de los recursos digitales de AEON Libros.

Consecuencias

Japón pensó erróneamente que, con este ataque, los Estados Unidos no tendrían la fuerza suficiente para enfrentarse a ellos y poner en peligro sus objetivos de hacerse con las materias primas que tanta falta le hacían. Sin embargo, al día siguiente de esta acción, Estados Unidos le declaró la guerra. Acabaría el 2 de septiembre de 1945 con la rendición incondicional de Japón.