Vietnam: 60 aniversario de la Operación Chopper

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(Autor: Fadel Akhamlich)

Separación de Vietnam

Hace ahora sesenta años, Estados Unidos cambió su estrategia en el conflicto de Vietnam. Hasta ese momento, se había limitado a proporcionar ayuda económica a los franceses durante la Primera Guerra de Indochina (1946-1954), en la península homónima, entonces parte del enorme imperio colonial galo. Después, lo haría con el gobierno de Vietnam del Sur, pero siempre evitando intervenir de manera directa.

Tras la humillante y sangrienta derrota en la batalla de Dien Bien Phu (1954), Francia decidió abandonar la península de Indochina. Apenas dos meses después, en la Conferencia de Ginebra, Francia y el Viet Minh (Liga para la independencia de Vietnam), dirigido por Ho Chi Minh, acordaron la independencia total de los territorios que componían su antigua colonia: Camboya, Laos y Vietnam, que quedaba dividido en dos estados.

Así quedaron, por un lado, Vietnam del Norte, que ya antes se había proclamado independiente por la imposibilidad de Francia para someterlo, y Vietnam del Sur, nación prooccidental nueva. Asimismo, se acordó la realización de un referéndum que decidiría la reunificación del país o su separación definitiva en dos naciones.

La poca credibilidad de las autoridades corruptas de Vietnam del Sur –a quien se dio la independencia en cierta medida para luchar contra el norte–, que, además, no deseaban realizar el referéndum, hicieron el resto. Lo mismo ocurría con los norteamericanos, que no estaban por la labor de aceptar que otro país de extremo oriente entrara en la órbita comunista por mucho que la población del sur se inclinara cada vez más hacia dichos postulados (ya lo habían hecho China y Corea del Norte).

Las tensiones entre los dos Vietnam no hicieron más que crecer.

Intervención estadounidense: la Operación Chopper

Finalmente, el 12 de enero de 1962, Estados Unidos intervino militarmente en el conflicto para evitar así lo que parecía la caída inevitable de Vietnam del Sur en manos de los comunistas.

Lo hizo en la denominada Operación Chopper (helicóptero), en la que 82 de estos aparatos atacaron de forma masiva y sorpresiva a las fuerzas del Vietcong (rebeldes comunistas de Vietnam del Sur) que se encontraban a apenas 15 kilómetros de Saigón, la capital del país.

Fue un éxito y, de hecho, desde ese instante, los helicópteros serían utilizados de forma habitual por las tropas norteamericanas. Pero también constituyó una lección de indudable valor para las fuerzas del Vietcong y del Viet Minh, sus aliados del Norte, que tomaron nota de cómo deberían enfrentarse a los Estados Unidos.

Sin embargo, no sería hasta los incidentes en el golfo de Tonkin (1964), donde supuestamente un destructor norteamericano fue atacado por tropas de Vietnam del Norte, cuando Estados Unidos comenzaría a enviar tropas de manera sistemática y masiva. A partir de entonces, la guerra se le haría muy cuesta arriba hasta el año 1975, momento en que acabó con su «derrota». Por el camino, cayeron 58.000 soldados norteamericanos y más de 1.100.000 vietnamitas, o más de tres millones si se incluyen también a los civiles.

“Estados Unidos se mete en la Guerra de Vietnam por la teoría del dominó que planteó el presidente de los Estados Unidos Eisenhower, es decir, la idea del que el comunismo avanzaba”

Esto aseguró el escritor y periodista especializado en investigación científica, Julio Martín, en ‘La Noche de COPE’, el 8 de marzo de 2018.

Reflexión y consecuencias

Fue una derrota porque Estados Unidos se marchó de Vietnam sin alcanzar sus objetivos, pero podría haber permanecido allí, medios económicos y materiales no le faltaban. Por supuesto, habría sido a costa de un mayor desprestigio nacional e internacional.

¿Fue una guerra justa? No. ¿Proporcional? No. Lo que sí parece evidente, desde la perspectiva actual, es la aberración que supone considerar que una nación puede colonizar otra por una supuesta superioridad moral –argumento empleado por las potencias europeas en el siglo xix para controlar buena parte del planeta– o confundir los intereses propios con los de la democracia y masacrar a cientos de miles de personas sin ningún tipo de escrúpulos.

Esto fue lo que ocurrió en esta guerra.

La gran superpotencia masacró un país que carecía de medios para defenderse. Sus pueblos y aldeas fueron bombardeados y calcinados con napalm y sobre sus campos se arrojó el agente naranja para arrasar sus cultivos (lo que provocó que más de medio millón de niños nacieran con malformaciones). Tras casi medio siglo desde el fin de la contienda, muchas tierras del país siguen contaminadas e improductivas.

Sobre Vietnam, un país con apenas 330.000 km2, en poco más de cinco años, cayó un tonelaje de bombas superior en tres veces al lanzado por los Aliados en todos los escenarios de la Segunda Guerra Mundial. Quizá, podría hablarse de genocidio, porque al contrario de lo que hicieron las potencias del Eje, Vietnam no provocó la guerra.

Tal vez el mayor error de Estados Unidos fue meterse en un país del que ignoraba casi todo, entre otras cosas, la voluntad inquebrantable de un pueblo que llevaba siglos luchando por su independencia (contra chinos, franceses y japoneses) y que seguiría haciéndolo el tiempo que fuera necesario. Debe reconocerse, asimismo, que fueron bien dirigidos a pesar de su clamorosa falta de medios.

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