La ansiedad es un problema cada vez más presente en el entorno educativo. No es algo aislado ni una preocupación pasajera. Se trata de una condición extendida que perjudica el desarrollo y rendimiento de los estudiantes y que afecta negativamente a su calidad de vida.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una respuesta natural ante una situación de peligro o incertidumbre, donde el cuerpo experimenta nerviosismo y una sensación de inquietud. Sentir ansiedad es normal para superar situaciones nuevas o estresantes, pero cuando este estado se vuelve constante e interfiere con la vida cotidiana se convierte en un trastorno.
Una persona que padece un trastorno de ansiedad experimenta una respuesta excesiva ante situaciones que no son una amenaza real donde su preocupación no tiene ningún motivo aparente. En los últimos años, ha habido un crecimiento significativo en los niveles de ansiedad que padecen los estudiantes, las causas varían entre la presión académica, el miedo al rechazo, problemas sociales y familiares, etc.
Cómo reconocer la señales de ansiedad
Los problemas que llegan a ocasionar una ansiedad prolongada en el tiempo pueden variar desde la depresión, problemas físicos, hasta el suicidio. Por eso resulta clave saber identificar cuándo un estudiante está pasando por esta situación, para poder prevenir riesgos mayores y saber reaccionar de forma adecuada. Estas son algunas de las señales más comunes:
- Insomnio o dificultad para dormir: toda la tensión y preocupación que genera este estado deriva en problemas de conciliación del sueño.
- Comportamiento ansioso: uno de los factores más comunes es el cambio de comportamiento, donde la persona puede experimentar temblores, tensión en los músculos, abandono de las actividades que le gustaban, muestra de conductas obsesivas, etc.
- Irritabilidad excesiva: cuando un estudiante se encuentra en una situación tan tensa pueden sufrir reacciones desmedidas y sentimientos muy fuertes de ira o enfado.
- Evitas situaciones sociales: es frecuente que una persona que sienta mucha ansiedad se aísle y evite situaciones cotidianas, como eludir participar en clase, evitar trabajar en grupo o no conectar con otras personas.
- Dificultad para concentrarse: no es raro que las personas con estrés tengan dificultades para prestar atención y controlar sus pensamientos, dado que la memoria se ve afectada por el estrés.
- Síntomas físicos: el desgaste que supone esta condición puede provocar dolores de cabeza, problemas alimenticios, sudores, cansancio general, taquicardias o hiperventilación.
Métodos para reducir la ansiedad
Si bien es cierto que no es fácil eliminar la ansiedad de raíz, existen una serie de pautas de actuación para reducir el impacto de los síntomas y aprender a gestionar esta situación. Como, por ejemplo:
- Realizar ejercicio de forma regular combate el estrés, ya que supone una distracción para la mente y contribuye a liberar endorfinas.
- Utilizar técnicas de relajación como la respiración diafragmática ayuda a la relajación del cuerpo y la mente.
- Tener un ciclo de sueño estable puede controlar la ansiedad.
- Comer de forma saludable y tener una alimentación equilibrada genera que el organismo pueda gestionar mejor el estrés.
- Pasar tiempo con amigos o familia ayuda a sobrellevar momentos de estrés, puesto que suponen un apoyo emocional para la persona.
Hay que recordar que los trastornos emocionales son problemas que pueden tener consecuencias graves para el desarrollo de los estudiantes y que se pueden tratar. Si la ansiedad empeora y no se busca ayuda profesional acaba siendo más difícil de combatir.